Putumayo

Durante mayo de 2022, hicimos la tercera visita a la subregión del Putumayo. Encontramos que frente a la implementación del Acuerdo de Paz continúan los obstáculos en el PNIS.
Ver la historia

Uno de los principales obstáculos durante estos 5 años de la implementación del Acuerdo en la subregión del Putumayo ha sido el problema de las drogas ilícitas. Una de las maneras que el Estado ha combatido la presencia de estos cultivos ha sido a través de la erradicación forzada. Esto ha traído como consecuencias como que se erradiquen más hectáreas de las que se reportan sembradas.

“Dentro de las ofertas estaba la implementación el Programa de sustitución de cultivos de uso ilícito (PNIS). Sin embargo, desafortunadamente el Gobierno no ha cumplido y eso hace que el campesinado tampoco pueda cumplir. Eso hace que sea muy compleja la situación”

Dilsa Falla Aroca, Presidente de la Asociación Departamental Desplazada.

Para dar un contexto de esta subregión frente al PNIS encontramos que en Putumayo, durante el 2020 se registraron 19.986 hectáreas de cultivos de hoja de coca. Esto representa disminución del 19,9% respecto al 2019.

Según la ART, 20.316 familias fueron vinculadas al Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito en la subregión, de estas familias 16.505 son cultivadoras. Sin embargo, hasta febrero de 2022, solo el 4% (673 familias) cuenta con proyectos productivos.

“El Gobierno nos trajo los métodos y los proyectos productivos no adecuados para la Amazonía, uno de ellos la ganadería extensiva y el otro, los monocultivos”

Jair Sánchez, miembro de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos.

Las familias que han hecho parte de este proceso han planteado la idea cambiar la coca por producciones lícitas que ayuden a la conservación del medio ambiente.

Lo que denuncian los líderes es que la mayoría de las ofertas y prácticas corresponden a otras regiones del país, que no dan cosecha en suelos amazónicos y genera un fracaso para las familias.

Las comunidades piden educación, orientación con enfoque territorial y autonomía para tener soberanía alimentaria y a su vez proteger el medio ambiente.

Quienes tienen la vocería piden que se tengan en cuenta a las comunidades y se trabaje desde los territorios.

En el Putumayo queremos que se cumpla con el Acuerdo de Paz. El papel que juega la Comisión de Paz de Cámara nos parece importante, que visite los territorios, que escuche las comunidades. Desde aquí soñamos con un Putumayo tranquilo, con un Putumayo en paz, donde las familias tengan su tierra, donde se respete la biodiversidad, donde podamos participar, donde la gente no la estén matando por pensar diferente, que no se vulnere los derechos humanos”

Jair Sánchez, miembro de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos.