Guaviare

Guaviare es un departamento ubicado en el sur del país y está conformado por cinco municipios. Es uno de los departamentos más grandes de Colombia y la puerta de entrada al Amazonas. El 51,7 por ciento de todo su territorio está catalogado como Zona de Reserva Forestal y el 90 por ciento se constituye como Parque Nacional Natural. 

Hoy en día quienes viven en esta región han aprovechado toda esta riqueza natural para impulsar el territorio con ideas colaborativas en relación al medio ambiente y el cuidado del mismo. Es de esta manera como, tras firmado el Acuerdo de Paz, el ecoturismo ha tomado fuerza, también en pro de preservar las zonas de bosques nativos, evitando la deforestación que es muy presente en el Guaviare.

En el departamento Guaviare se han formalizado 21.604 hectáreas de tierra, según la Agencia de Renovación del Territorio.

A inicios del mes de agosto, junto a los representantes a la Cámara Juanita Goebertus, Omar de Jesús Restrepo y Carlos Alberto Carreño viajamos a esta subregión PDET para conocer las condiciones en las que viven, tanto indígenas como campesinos. 

Guaviare es, además, un territorio en el que habitan 2572 indígenas de la etnia Nükak, según el Censo Nacional de Población y Vivienda del Dane del 2018. Una parte de esta población habita en el Parque Nacional Natural, sin embargo, por su cultura nómada, familias enteras de indígenas se han desplazado a los cascos urbanos del departamento. 

Al comenzar a habitar en los cascos urbanos del departamento han generado dificultades en la relación entre campesinos guaviarenses y los indígenas, por conceptos diferentes en el uso y tenencia de la tierra así como la seguridad alimentaria del pueblo Nükak. 

La población indígena Nükak ha vivido 7 eventos de desplazamiento desde 2003.

Hoy en día piden oportunidades y garantías para poder retornar de manera segura al resguardo indígena ubicado en el Parque Nacional Natural. La seguridad y la soberanía alimentaria preocupa a los mayores, quienes lideran a la población, pues a causa de la deforestación, la ganadería y pesca indiscriminada, los y las indígenas han perdido la capacidad de caza y recolección diaria de alimentos. 

En esta crónica conversamos con dos de sus líderes, quienes nos explicaron las condiciones en las que viven y las peticiones que hacen.

“Para convivir mejor con los campesinos tendríamos que regresar a nuestro territorio, para no volver a molestarlos a ellos. Y así mismo ellos tendrían que respetar la vida de nosotros y nosotros respetar la vida de ellos” – Joaquin Dejada, autoridad indígnea Mauru Munu del pueblo Nükak.

La dificultad radica en que desde tras la formulación de la ley segunda de 1950, el Estado delimitó lo que sería la zona de resguardo del pueblo Nükak, sin embargo, al mismo tiempo se generó un traslape con la zona de reserva campesina, que es donde permanecen y trabajan los campesinos y campesinas del Guaviare.

Este traslape genera que tanto campesinos como población Nükak no tengan claro hasta dónde pueden habitar y movilizarse para respetar los límites de ambas comunidades.

Adicional a esto, el hecho de vivir en una zona delimitada para la protección y preservación impide que se puedan desarrollar proyectos productivos relacionados con el agro u obras de pequeña infraestructura como vías.

“A nosotros los excombatientes que vivimos en el ETCR Charras nos toca cambiarnos porque esto es reserva forestal y el plan de desarrollo no cobija estos territorios. Nosotros no seríamos beneficiados con programas de vivienda ni tendríamos derecho a alcantarillado” , Diana Carolina, lideresa excombatiente. 

En el episodio de nuestro podcast #HistoriasDelTerritorio conversamos con varios líderes y lideresas guaviarenses, quienes nos contaron las dificultades que viven por no tener buena vías de acceso y transporte para sacar a los cascos urbanos las producciones que realizan en sus fincas. Aquí pueden escucharlo. 

Hoy en día, campesinos y campesinas guaviarenses piden al Estado poder llegar a acuerdos que permitan a las comunidades de este departamento desarrollar proyectos y obras teniendo el mayor respeto por la biodiversidad presente en la zona. 

Quienes viven esta región reconocen que su mayor interés ha sido y será poder cuidar la riqueza natural tropical que hay en el Guaviare, pensando también en el futuro y la necesidad de que el medio ambiente sea preservado.

“Yo anhelo que el Guaviare tenga una economía amigable con el medio ambiente. Somos una comunidad de paz y podemos servir de modelo a nivel nacional. Tenemos una riqueza natural y una riqueza turística y hemos construido la región con nuestros propios esfuerzos” – Jesús Cuestas, líder de El Calamar.